DICCIONARI D'AUTORS I OBRES DE RELIGIOSOS CARMELITES DESCALÇOS A LA PROVÍNCIA DE SANT JOSEP DE CATALUNYA I TERRES DE PARLA CATALANA (1586-1835)

 

Beatriu de l’Encarnaciķ, Marron Terré (1657-1715)

Beatriu Marron Terré va néixer a Barcelona el 1657. Era filla d’Alonso Marron, “veedor de los exércitos y presidios en este Principado por gracia del señor Felipe Cuarto, en atención a sus méritos casó este cavallero con dona Cathalina Terrer y Granollachs, senyora de singular noblesa, por parte de madre descendiente del patrón deste convento”.

Va ser l'única noia d’entre els fills dels seus pares que va arribar a l’edat adulta. Va rebre una curosa educació, inclosa una bona formació musical, amb especial domini dels instruments de corda.

Vest.: 16.8.1671, amb dispensa d’edat, al convent de carmelites descalces de Barcelona, on hi tenia dues ties: Teresa de Jesús, Terré Granollacs (1637-1729) i Esperança de Jesús, Terré Granollacs (1637-1722). Prof.: 16.8.1673.

Singularment dotada per a la música, l’escriptura i la poesia, la seva nota necrològica esmenta que va redactar nombroses poesies i escrits. Des del seu priorat impulsà la redacció de les memòries o elogis de les religioses difuntes que ella mateixa va redactar en molts casos.

La crònica Luz de verdad l’esmenta profusament, al costat de les seves ties, i també recull que era familiar de Joan Baptista Vilana, arxiprest de Sant Joan de les Abadesses.

Va morir a Barcelona el 28.1.1715.

El seu elogi explica: “Dio dona Cathalina a la primer luz por fruto de su matrimonio tres hijos y dos hijas. Muriendo la primera quedó doña Beatriz por archivo de las caricias de su casa, que assí lo pedían sus prendas, pues haviéndola dotado el cielo de un genio muy vivo, se le notó dende su niñez que sólo le inclinava a lo que tenia visos de virtud, pues los juegos indispensables a la primera edad se cifravan en formar conventos, levantar avalorios y representar espirituales exercicios, a que le acompanyavan sus hermanos.

Concideravan sus pedres muy atentos aquel obrar de la hija, sin poder dar en el blanco de lo que significavan aquellos juegos, por lo que tenían de pueriles, y era que el cielo, dende tan niña la marcó por hija de la gran Teresa, y assí quisso se le asemejase en las acciones de niña, para que después la imitase quando grande. Enamorados de su singular capacidad, procuraron criarla con toda educación, y resaltó tanto ésta con lo adquirido, que no sé por qual sería más alabada, pues en todo lo que está bien a una señora era Beatriz muy diestra, y los instrumentos de cuerdas se rendían gustosos a su natural señorío. Nada desto bastaba para desvanecerla ni menos divertirla, porque ja en su coraçón havía echado raízes el conozimiento  de lo transitorio.

Freqüentava mucho este convento por tener en él dos tías, hermanas de su madre, y toda su conversación era de desengaños, que se estrañavan en edad tan tierna. Su madre procurava divertirla, porque no tenía otra, y la deseava casada, a que se resistía la hija, instando a las tías dixesen a su madre la dexase ser monja en aquel convento. Estavan las religiosas prendadas de las prendas de Beatrís, y como la tenían tan tratada y les avía enseñado la experiencia no ser su trato de niña, jusgaron la vocación por buena, y como no tenía más que 14 años, de común concentimiento pidieron a nuestro capítulo general la dispensa, por tenerla más presto en su compañía.

Consiguióse la dispensa con facilidad, que executó dona Beatriz con varonil resolución a los 16 de agosto de 1671, a las doce de medio día y, vestido el santo hábito, quedó con el nombre de la Encarnación. Enprendió su carrera sin la menor demostración de niña,y como era tan viva y en sus repentes aguda, era el divertimiento de las religiosas en su recreo. Se le conozieron dende luego los grandes deseos le asistían de agradar a Dios, procurando que sus obras sirviessen al desempeño. Abrasó con gusto todo lo que era Religión y, armada con la humildad, como la veían tan niña, causava a las madres más conçuelo. Cumplidos los 2 años que le faltavan de edad, hizo su professión, y como ja estava más advertida, se entregó al santo exercicio de la oración del todo.

No pudo esto estorbarla para que cumpliera con perfección quanto le mandava la obediencia, que, teniendo genio y habilidad para todo, la hallavan muy a mano, y ella gustava mucho de ayudar a las preladas con lo pulido de sus labores, sin que estos empleos la sirviessen de dispensación para los actos de comunidad, porque los amava de coraçón. Y, como estava dotada de superior numem, para divertir a sus hermanas todas las festividades sacava versos nuevos, y tan conceptuosos que servían no menos de recreo que de enseñansa. Mandávanle las preladas en las festividades maiores que en la ora de oración las diese música (y lo hazía con gracia) y haziéndolo con gusto porque la prelada lo mandava sentía la diferencia, pues decía que tañendo o cantando, asiéndolo por obediencia, se cumplía con la oración pero que no se gosava con tanta dulsura las delícias del Señor.

Siempre iva embevida en las grandesas del Señor, y formando papeles de estos conceptos, lo que le atropelló el natural de tal modo que perdió del todo la gana del comer, y como era tan penitente quedaron las potencias interiores tan debilitades que dio en un frenesí terrible, que le duró algunos meses. Como la madre Beatrís era por sus prendas tan amada, era la enfermedad universalment sentida, y la acompañavan las religiosas en su pena con espiriuales exercicios y fervoroses prometensas. Un día, quando más la apretava su accidente, le subieron el braço de nuestra venerable fundadora, la madre Catalina de Christo y, clamando todas las religiosas su amparo, no huvo remedio lo admitiera. Hallávase en aquella saçón nuestro padre provincial en el loqutorio y, refiriéndole lo sucedido, mandó que le bolviessen el venerable braço, y le dixessen de su parte que el mandava le admitiere y venerare. Cumplióse con lo ordenado y lo mismo fue dar el recado que tomar al venerable braço, devota, y instantáneamente se disminuió el accidente asta recobrar con perfección la salud.

Con tal perfección bolvió a su salud antigua que pudo enplearla la religión en todos los officios del convento repetides veses, y siempre con cabal satisfación, y solo sentían las religiosas que se acabasen los trienios porque tenia su govierno sobre zeloso, blando. Fue dos veses priora y no ai duda que más huviere logrado los votos a no adelantarse la muerte, pues la primera vez, viendo el ahogo en que vivían sus hijas por lo mal dispuesto de la fábrica del convento, pues ninguna en su celda podia desir que estava retirada, porque estava al común registro de las que pasavan por los claustros. Emprendió haser un quarto, venciendo dificultades y despreciando contradiciones que, como era de coraçón tan varonil, gustava le hiziera frenta la dificultad. Compró algunes casas que eran para la fábrica precisas, de que se le siguieron algunas mortificaciones, que llevó con gusto, pues su intento  no era otro quel alivio de sus hijas. Levantó este trienio todas las paredes del quarto, que el siguiente concluió su tía. Bolviéronla a elegir priora, y concluió toda la obra, haziendo el noviciado que faltava, assistida de 40 doblones que le dio de limosna la señora emperetriz dona Elisabeth Christina, que se hallava en esta ciudad.

Era tan cuidadosa de las cosas del convento que asta de las difuntas quería que se conservasen las memorias para estímulo de las venideras, y a este fin procurava haserles los elogios. Eran para ella insufribles los desaliños, y assí para componer en casa lo que no estava tan a gusto se aplicava con diligencia, y fue siempre su obrar el enseñar más con obras que con palabras, como a verdadera hija de nuestra santa madre Teresa. Tanto la enriqueció Dios con sus dones dende niña que no puede espresarlo la pluma. Y, si para el iusto no ai muerte desgraciada, puédese tener la de nuestra madre por dichosa, aunque nos asustó el accidente pues, saliendo del capítulo de visita, entrando a la cozina por luz caió de inprovisso con una apoplegía tan fuerte que dende luego le quitó la habla y, siendo muy violentos los remedios se le aplicaron, nunca mostró sentimiento. Sólo se obervó que al administrarle los santos sacramentos estava en sí (a lo que jusgamos) por intercessión de nuestra venerable fundadora, y durando algunos días, sin más demonstración de viva que un delicado aliento, despidió el último a los 28 de enero de 1715, siendo de edad de 57 años y teniendo 42 de religión. Fue su muerte tan sentida como pedía tal pérdida, y solo allamos entre tanta pérdida conçuelo el asegurarnos que gosa de la eterna gloria”.

 

OBRA

1. Relació d’alguns fets de la vida de Caterina de Crist, Granollacs de Forcià (1619-1665) i Anna Maria de Sant Josep, Berguedà Osona (1616-1670).

1 f. Hi explica que va ser profetitzada que ingressaria com a carmelita descalça.

2. Poesies i escrits.

3. Elogis de religioses.

 

BIBLIOGRAFIA

ACD, ms. s. n.: Luz de verdad. // Beltran Larroya 1990: 988. // Gras, M. M. 2013c.

 

ARXIU

ACDCB, Elogis de difuntes.

[MGC]

 

 

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