DICCIONARI D'AUTORS I OBRES DE RELIGIOSOS CARMELITES DESCALÇOS A LA PROVÍNCIA DE SANT JOSEP DE CATALUNYA I TERRES DE PARLA CATALANA (1586-1835)

 

Teresa de Jesús, Terré Granollacs (1637-1729)

Teresa Terré Granollacs va néixer a Barcelona el 1637. Era filla de Josep de Terré de Ferreres, senyor del Morell, i de Maria Magdalena de Granollacs. El pare participà a les corts de 1626. Néta de Bernat de Terré Icart de Gualbes.

Va prendre l’hàbit carmelità el 6.7.1655. Prof.: 7.8.1660.

La seva germana Esperança de Jesús, Terré Granollacs (1637-1722), ingressà al mateix convent l’any 1666. També ho va fer una neboda seva, Beatriu de l’Encarnació, Marron Terré (1657-1715), que hi professà el 16.8.1673.

Va ser priora en sis ocasions: 1675-1678, 1684-1687, 1693-1696, 1699-1702, 1705-1708, 1714-1717. La seva neboda Beatriu de l’Encarnació, Marrón Terré va ser priora entre 1702-1705 i 1708-1711.

Les dues primeres religioses eren germanes de Josep Terré Granollacs, noble, senyor del Morell. Diputat militar de la Generalitat de Catalunya. Protector del braç militar. Ministre de la Reial Junta d’Estat. Obtingué el títol de comte de Terré del rei Carles III d’Àustria el 1711. Assistí a les corts de 1701 i de 1705. Es va casar amb Anna de Peguera.

La crònica Luz de verdad refereix com, durant el setge borbònic de Barcelona de 1713-1714, les dues germanes Terré Granollacs van refugiar-se al fortí que la comtessa de Savallà tenia a l’església del Pi, a més de relatar nombroses anècdotes de la relació de les dues germanes nobles amb l’arxiduquessa Elisabet Cristina en les nombroses ocasions en què aquesta visità el convent de les tereses.

Va morir a Barcelona el 12.5.1729.

Del seu elogi fúnebre: “De toda noblesa y pariente de Santa Eulàlia màrtir, patrona de esta ciudad de Barcelona. De pocos anyos le vistieron el ábito en el convento de Nuestra Señora de Nazaret, religiosas bernardas. Salieron las religiosas en el año 40 por el trabajo de la peste fuera, doña Theresa en la casa de sus padres. Los trabajos dan desenganyos, así los experimentó donya Theresa, y todas sus ansias eran ser carmelita descalça, lo que no pudo lograr luego por no haver lugar. Aguardó impaciente y constante. Consolóla el Señor a los 6 de agosto de 1655, a las cinco de la tarde, tomando el ábito, llamándose Theresa de Jesús. Dende el noviciado enpezó a descubrir su gran capacidad, las prendas tan cortadas para su perfeción, que parece la abrasó sólo para acreditarla, y su juventud venturosa y, contra el uso común, primero se vistió de prudencia que de canas: desde los 22 anyos de su edat que vistió el ábito trajo los méritos de priora. Era su virtud sin ceremonias, su devoción sin exterioridades, tenía un corazón humilde y no abatido, el trato suave y no pegasoso, el zelo amable y no pesado, con que estaban en ella todos los ojos y corazones de las monjas. Hiciéronla priora 6 veses, siendo el acierto de la primera elección fiel estímulo de las repetidas, por su discreción y blandura, mesclada con enteresa, con esta experiencia y blandura le abrían los corazones con la caridat, que fue grande, ya con sus asistencias, ya con sus consejos, que los tubo acertadísimos, a todas acudía y remediaba para aliviarlas, para las enfermas jamás reparó en el gasto, para andar su liberalidat al paso de su fe. Repetidas veses fue maestra de novicias, tornera y sacristana, con los demás oficios del convento, y en todo era el gusto y consuelo de todas, en la recreación era muy entretenida y gustosa, en las conversaciones era muy discreta y en todos afable. En tratándola se las llevava la atención y cuydado, a plebeos, nobles y de todos estados, en los príncipes y reyes muy introducida y muy manyosa para ganarles la gracia, cosa que pide tanta discreción y prudencia. Fue tanto lo que la C. M. de la Sra. Emperatriz reynante se aficionó a la madre, que siempre que entraba en este convento, que fueron algunas vexes en el discurso de tres anyos que estuvo en esta ciudad de Barcelona, estaban grandes ratos a solas lo que pasaban ellas. Su humildad no lo manifestó. Alabándole un día la madre una estampa de San Francisco de Paula que su magestad tenía en un librito, pidió tintero y pluma, teniéndole, puso una rodilla en tierra, y un poyo de la ventana le sirvió de mesa; escrivió en esta forma tan inconveniente a las espaldas de la estampa del santo: ‘Encomendándome en las oraciones de mi querida madre Theresa, aseguro que jamás la puedo olvidar. Elisabet Cristina’. Así lo cumplió de no olvidarla que, siendo en su Corte de Viena, la escrivió cartas muy carinyosas y sabiendo su muerte, pidió alguna cosa de las que usava la Madre por reliquia. Se le embió los rosarios, que los tuvo con grande veneración. Siendo Priora el anyo 1715 le hizo otro favor la Católica Magestad de la Señora Emperatriz Madre, la envió una estampa de Jesús, María y Anna, y a las espaldas estaba de su letra este escrito ‘17 + 19’, y bajo del anyo ‘Fortunata Deo’, y después debajo ‘me encomiendo a las oraciones de vuestras hijas, yo y toda mi familia, Eleonora, Madalena, Theresa’. Después las 2 hijas, ‘María Gabriela, María Madalena’. El medio de tantas pláticas y estimaciones estaba la Madre tan agena de ella, como temerosa de su salvación, exercicio que le duró lo que la vida; en el discurso de ella padeció graves y penosas enfermedades. Los últimos 20 anyos fue fluxión de boca, de tan mala especie que no le dexó cosa de la boca, de modo que no podía comer cosa que no fuese molida, tuvo el desconsuelo de no poder seguir la observancia, y para su consuelo algunas vezes la probaba el Señor, que le dio el trabajo, la dio la resignación, como también en la anyadidura de los 6 últimos anyos de ciega en uno y en otro. Dio grandes exemplos de virtud, sabiéndose vencer a sí misma, cosa de tanta dificultad, en especial en natural vivo, y acín lograr los frutos de la penalidat, con estos dolores y trabajos le cogió la última enfermedat, que fue calentura y vehemente dolor de espaldas, que le mereció grande paciencia, bien se la puede decir don de dolores. Recibió los Santos Sacramentos del viático y extremaunción, con toda reverencia y devoción, pidiendo perdón a la comunidat con todo y vivo sentimiento. Con estos buenos exemplos partió de la vida de edat 88 anyos y los 66 de ábito a la medida que era querida madre. Fue el sentimiento y de toda la ciudat, hiso mucha penitencia, tomaba disciplina todos días de media ora y muchas de hierro con puntas y scilicios asimesmo”.

 

OBRA

1. Correspondència amb l’emperadriu d’Àustria Elisabet Cristina.

Correspondència amb l’arxiduquessa, i després emperadriu, Elisabet Cristina d’Àustria. Manifesta el manuscrit Luz de verdad: "de las muchas cartas á recibido dicha madre Theresa de su majestad, las más vezes se le nombra su hija”.

Quan l’arxiquessa partí cap a Viena: “Dixo su majestad católica y cesárea: 'Una limosna los embiaré'. Lo que executó el mesmo díe que se partió, y fue de sinquenta doblones, con una carta suya a su madre Theresa de Jesús, diziéndole que de veinte hiciese limosnas, para que tuviese feliz viaje, lo que se executó como su majestad mandava”.

 

BIBLIOGRAFIA

ACD, ms. s. n.: Luz de verdad. // Morales Roca, Francisco José. Próceres habilitados en las Cortes del Principado de Cataluña, siglo XVII (1599-1713), 2 vol. Madrid: Hidalguía, 1983, p. 116-118. // Beltran Larroya 1990: 988. // Simon Tarrés, Antoni. Del 1640 al 1705. L’autogovern de Catalunya i la classe dirigent catalana en el joc de la política internacional europea. València: PUV, 2011, p. 236, 244, 262, 275, 289, 300, 302, 313. // Gras, M. "Una emperadriu al convent. Cartes d'Elisabet Cristina de Brunsvic a les carmelites descalces de Barcelona". Castell Interior [blog] (9/06/2014) [consulta: 12/06/2014].

 

ARXIU

ACDCB, Elogis de difuntes.

[MGC]

 

 

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