DICCIONARI D'AUTORS I OBRES DE RELIGIOSOS CARMELITES DESCALÇOS A LA PROVÍNCIA DE SANT JOSEP DE CATALUNYA I TERRES DE PARLA CATALANA (1586-1835)

 

Catalina de San José, Lanuza Vela (1602-1677)

Catalina de Lanuza va néixer a Saragossa el 4.9.1602. Era filla de Martín Juan de Lanuza (fill de Pedro Lanuza), escrivà principal de la cort del justícia d’Aragó, i de Catalina Vela. El seu germà Martín Tomás de Lanuza heretà l’escrivania del seu pare.

Prof.: convent de carmelites descalces de Santa Teresa de Saragossa, 9.2.1626. L’any 1623, el notari Diego Fecet havia fundat aquest convent per acollir les filles dels notaris de número de Saragossa que es dediquessin a la vida religiosa, anomenades popularment “las fecetas”. Catalina va ocupar els oficis conventuals de superiora i de mestra de novícies.

La dama vigatana Esperança Pradell va disposar en el seu testament (1634) la fundació d’un convent de monges carmelites descalces a Vic amb el nom de Jesús, Maria, Josep i Teresa, i establí que la comunitat depengués de l’autoritat diocesana. El bisbe de la seu vigatana, Gaspar Gil Miravete (1634-1638), era natural de Saragossa i va ser decisiu a l’hora de promoure la nova fundació amb religioses vingudes de la seva ciutat d’origen.

Catalina va anar a Vic el 1638, acompanyada de les religioses Gertrudis de San José, María de San Jerónimo i Francisca de San Agustín. Va ser priora del convent cinc vegades.

Va morir el 26.9.1677.

De la seva nota necrològica:

“Nació de padres muy nobles, desendientes de la casa de los condes de Placencia. Su padre se llamó don Martín de Lanuza y su madre doña Catalina de Bela. Crióse con gana de ser religiosa. Tomó nuestro ávito en el convento de nuestra seráfica madre Santa Teresa, llamado de Diego Fecet, en la siudad de Çaragoza, de donde fue natural. En la religión se adelantó tanto en las virtudes, especial en la oración, que presto le merecieron los puestos de supriora y maestra de novicias y fundadora de este convento, y fue su primera supriora y maestra de novicias, prosiguiendo estos oficios que en Çaragoza exercitava. Fue sinco vezes priora en esta casa y gobernándola con mucho zelo, observancia y caridad. Crió con su magisterio y ejemplo religiosa de aventajadas prendas. Recivió grandes favores en la oración, y uno de los frutos que sacó della fue la virtud de la humildad, que sobre salió mucho en su reverencia, ni podía oyr hablar de la nobleza de su casa, ni de sus virtudes, ni de lo mucho que este convento le debía, así de lo mucho que en él avía obrado y de las grandes comodidades que avía dejado en su convento de Çaragoza, adonde no quizo volverse a gozarlas, por no dejar esta casa que Nuestro Señor le avía encomendado, aunque varias vezes la rogaron que se bolvieze sus deudos, debiéndole esta casa tan gran fineza y la mayor correspondencia que jusgo será de su mayor agrado desde los cielos, adonde creemos píamente está, será que imitemos sus virtudes y sigamos sus ejemplos que nos dejó de madre y fundadora. En la mortificación fue singular, siempre dejava de la comida alguna parte, y tenía hecho propósito de no comer algunas frutas, por ser muy de su gusto […].

Fue devotíssima de la corona de espinas de Christo, nuestro bien y Señor, y esto le previno por una singular merced que su magestad le hizo de este paso de su sagrada pasión, y no ha quedado noticia della, sinó en confuzo, como ni de otras muchas que recivió de su liberal mano, que, aunque tenía su reverencia escritas muchas, un confessor [i.e. fra Francesc Grau] le mandó las quemaze, devió de ser por probarla; una sola ha llegado a mis manos de letra suia, que tenía una religiosa a quien con su llaneza la abría dejado antes de dicho mandato, pondré aquí por sus mesmas palabras, pues dize así:

‘Cosa de año y medio, algo más, después que tomé este estado, que fue el de 1625, leyendo un día 3 modos de mirar el alma a Dios, en el cielo, o dentro del alma o fuera della, cerca de sí, este último se me imprimió en mi alma en un punto, dándome Dios una fe tan viva, de esta verdad, que está presente a todo y todos estamos dentro de Dios, dándonos su magestad el ser.

Desde este punto siempre que advertía me pareze le veía cabe mí, no con los ojos interiores, sino por una noticia y luz clara que dava Dios al alma, que no podía dudar yba Dios con ella en recojerme a tener oración. Le veía siempre así algo apartado de mí. Un día, estando en ella, me pareció que veía con noticia y luz clara, como la de arriba dicha, que Christo nuestro señor me hechaba su braço derecho sobre mí, llegándome así, como enparándome, estava el alma entonces con gran ancia para llegarce a Dios, como le parezía estava fuera della aquel gran bien que veía. Los efectos que quedaron de esta merced era un deseo de padecer algo por Dios, de amarle mucho, y no ofenderle, los que sentía el tiempo que me duró esta última presencia divina, que fueron 8 o diez días, eran un encojimiento y recojimiento en el alma de ver una tan gran grandeza tan cerca de mi bajeza y nada. Quando se me quitó, quedó mi alma tan pobre, sola y temerosa si avía sido por mi culpa, que como soy tan ruín y desagradecida a tan amoroso Dios debió de ser’.

En una hora de oración dióle Dios nuestro señor noticia o inteligencia de 3 virtudes en especial que exercitan los ángeles y santos en el cielo, que aunque sabidas y creídas por fe, sean las cosas, de que Dios ilustra el alma, hacen muy diferentes efectos en ella de quando las considera con creencia común o por inlustración particular, direlo por sus mismas palabras:

‘La primera una profundíssima humildad, nacida del conocimiento alto que tienen de Dios, porque al paso que un alma más le conoce y mira su divina grandeza, a esse mismo ve más claro en sí su bajeza y nada. La segunda, una ardentíssima caridad con que viven abrasados aquellos divinos espíritus, amando aquel gran bien que conocen, no ya limitadamente y con velo de fe, como en esta vida, pues allí todos los velos se le corren al alma y ven a su amado Dios cara a cara, abrasándose en su divino amor y segura de no ponerle en otros que Dios que es un gran bien. La 3 virtud es una altíssima contemplación, en que continuamente están ocupados, apsortos, robados y transformados en Dios, sin que esta divina unión tenga fin, ni aparten el alma de este amor y contemplar a su Dios las pasiones y cuidados terrenos como en esta vida se padece, porque en aquella eterna beatitud, como los moradores della son puros, claros y acrisolados espíritus, siempre miran, aman y contemplan aquel inconprencible y infinito bien que gozan, en quien viven abrasados y transformados, sin que este amor tenga fin’. Asta aquí son palabras suias.

Deseava obrar lo más perfecto, y con bendición y licencia de sus confesores, como se ve por un papel suio escrito al reverendísimo padre maestro fray Francisco Grau, provincial que después fue de la regular observancia de nuestra sagrada religión de Nuestra Señora del Carmen, y entonces confesor de aqueste convento, dize pues assí el papel:

‘La gracia del Espíritu Santo sea conmigo, amén, y abrase el alma de vuestra paternidad, mi padre, deseosa la mía de no ser más mía sino toda, toda, de mi divino maestro, y Dios quiziera si me fuera posible, qual otra Ave Féniz, morir a todas mis culpas y vicios, y abrasada en las llamas del divino y soberano fuego, y renacer con los rayos de su divina gracia, començando una nueva vida, y restaurar algo de lo mucho que he perdido en la pasada, lo poco que de ella me pueda quedar, y aprovechar este tiempo presente, para lo qual, por verme tan pobre de virtudes y tan flaca para cosa buena, deseo, alentada en la divina gracia, començar su camino y valerme de adbitrios para no perderlo todo, para esto, porque la propia voluntad, aún en lo bueno, no obre en mí, si me fuera posible, postrada a los pies de vuestra paternidad, a quien com a padre deseo y quiero en todo obedecer, y tengo en lugar de Dios que conozco y siento en mí lo que quiere, assí pido licencia y bendición para lo que aquí diré, y porque el esmalte rico de la santa obediencia y mérito supla lo que le quita mi grosero y ynperfecto obrar, y que todo sea para mayor gusto y gloria de mi amado Dios, y en unión de todo lo que mi Christo padeció y obró y su puríssima madre, y todos los santos, junto con los demás fines que su divina magestad, con su sabiduría infinita puede darles.

Pido pues, mi padre, licencia para obrar los preceptos de la divina ley, las costumbres y leyes santas de nuestra sagrada religión, que deseo y propongo con la divina gracia, sea con mayor cuidado que asta aquí y en la guarda de los votos, y renovarlos cada día, y missa y oficio divino, uso de los divinos sacramentos para todos los actos de comunidad o trabajo del cuerpo que deseo hazer, por solo gusto y amor de Dios, y ser fiel a las inspiraciones divinas, no haciendo con su divina gracia cosa con advertencia que conosca es menos gusto de mi amado Dios, un continuo cuidado de no perder su divina presencia, con dejo y negación de la propia voluntad, y entregas amorosas della en las divinas manos, empleando siempre, si me fuese posible a mi flaqueza, mis tres potencias en tan soberano ojeto, también para las respiraciones y aspiraciones, velando y dormiendo, con advertencia y sin ella, quisiera fueran actos de amor y de todas las virtudes, con potencia infinita, y que lo huviezen sido desde en perfeccionar más las obras, y ser más obcerbante en actos de comunidad, sin faltar dellos sin legítima causa.

Para todos los actos de virtudes, y más para aquellas que más me faltan, como humildad, procurando gozarme en mis desprecios, obediencia ciega, resignando mi voluntad y juicio propio.

Caridad, poniendo los ojos en mis propias faltas, disculpando las que puede aver en mis próximos y así de las virtudes.

Para penas del alma, como enfermedades y dolores del cuerpo, y mortificaciones, así venidas de las manos de Dios, como por las de sus criaturas, abraçándolas con amor quanto me fuere posible, pues todo lo dispone la divina providencia para mi mayor bien y provecho.

En fin, para todas las operaciones interiores y exteriores que pueden ser de mérito, con todo lo que hiziere o deseare hazer, para el nacimiento del divino rey, y para todo postrada a los pies de vuestra paternidad, pido estas licencias y bendición, y suplico me encomiende a Nuestro Señor me dé su divina gracia y aucilio eficás para obrar lo que de mi flaqueza y mala costumbre temo será toda palabras y deseos con Dios, mas me animo que vuestra paternidad, mi padre, me hará caridad de aiudarme a salir de mi tibieza, para que no se pierda esta alma redimida con la sangre de mi amado Christo, en este divino baño arojo mis culpas, y con el fuego de su inmenso amor, las abrase y purifique, pídaselo vuestra reverencia sea así, y perdone lo que le abré cansado en esto, que son deseos de quien se ve perdida y así lleva poco concierto a Dios, mi padre, que en si mesmo me guarde. A vuestra paternidad, octubre a 6 de 1655. Hija de vuestro padre, Catalina de San Josef.

Pido tanbién bendición para algunos deseos propósitos de los dos puntos últimos que van en esse quaderno, si vuestra paternidad gusta, y Nuestro Señor me da su divina gracia’.

Dióle dicho padre maestro Grau su licencia, como consta del papel que tengo en mi poder, y dize así: ‘Digo que le doy licencia para estos propósitos, siendo mi voluntad que siempre que obrare con alguno con advertencia y intención de obedecer, gane todo el mérito de obediencia que se le puede ocasionar, como si actualmente se lo mandara, y así le encargo los lea muchas vezes para que se le aguarden y los obre todas als vezes con essa intención, que espero en Dios le será de gran provecho. Fr. Francisco Grau’.

De lo dicho se conoce el cuidado grande tenía nuestra madre Catalina de su aprovechamiento, de su humildad, pues se tenía por tan ruín y desprovechada, la que hiva tan cuidadosa en su mayor bien, su obediencia, pues su obrar, pençar y hablar quería fuese con el mérito de esta virtud, y con la bendición de quien estava para su reverencia en lugar de Dios, lo que siento, y que devemos sentir todas sus hijas, y las que hirán viniendo a esta casa es no aver merecido quedasen sus papeles, assí los de sus mercedes, que recivió de Nuestro Señor, como del quaderno de los propósitos que tenía escritos, como lo insinúa de lo que queda escrito, para que del aprendiésemos el modo de obrar devemos observar nosotras, y tuviéremos en ellos vivo retrato de nuestra venerable fundadora.

En todas sus obras andava muy atenta para obrarlas con la mayor perfeción y ajustadas a nuestro instituto, y dezía muchas vezes: ‘Estas mis hijas dirán que yo ha[c]ía esto o lo otro’, y tenía razón de hir con todo cuidado, porque las acciones de los mayores, y en especial si son fundadores, son leyes para los que se han de mirar y regular por ellos, y si no son muy ajustadas, piérdense en sí, y en sus súbditas de no permitir cosa [….]’.

Antes de tener capítulo se estava mucho tiempo en oración, muy recojida con Nuestro Señor, que asta en lo exterior se le hechava de ver, y así es de creer lo consultava todo con su divina magestad, las mortificaciones y penitencias que convenía darnos.

Para sí no dejava la menor parte, porque algunas vezes su reverencia hazía la penitencia de nuestras faltas, algunas vezes pública en refictorio, y dizindo las suias con mucho sentimiento, y que de as de tal hermana, si hera cosa pública en el convento: ‘Yo tengo la culpa’, dávase bofetones muy fuertes, quemávase los pies con gotas de sera ardiendo delante de la comunidad, y otras muchas hazía en refectorio, y muy a menudo, en secreto las hazía mayores. Tomava muchas disiplinas, en especial jamás hiva a comulgar sin averce dispuesto con ella y otros fervorosos actos de amor, oración larga, y muchos actos de contrición, después de aver comulgado estava muy atenta a gozar la presencia del Señor que avía recevido.

En la Pasqua de Navidad quería se hiziezen fiestas al divino Niño, y su reverencia hazile versos, y los cantava, que tenía linda voz. Quando estava su magestad descubierto en la iglesia se ponía a danzar en el coro, como otro David delante la arca del viejo Testamento, y no contenta con hazerlo, su reverencia mandava algunas que dançásemos también en el mesmo coro. En fin, de todos los divinos misterios era muy devota y los celebrava con mucha devoción.

Sentía mucho faltazen las religiosas en recreación, y a una, porque era de su natural poco amiga de hablar, pensando nuestra madre Catalina estava triste, le mandó que todos los días en recreación baylace, y esto duró mucho tiempo.

De la Virgen nuestra señora fue muy devota nuestra santa madre Catalina, resava el oficio de su nombre de María, muchas vezes su rosario y otras devociones, con mucha y grande atención y consideración, y así mereció que esta soberana reyna, un año antes de su muerte, la visitase en su celda, y pasase la mano suia por el rostro, diziéndole que morirá al cabo dél, y así sucedí, y su reverencia lo afirmó assí sería, a la que entonces era priora y a su enfermera, que era la hermana Josepha de Santa Theresa, que le referió esta merced de la sacratíssima Virgen, y el mes de setiembre que murió le dijo no saldría dél, y así fue, que murió a los 26 de dicho mes, como queda dicho […].

Su entierro y esequias fue con todo lucimiento. Su confessor, que era el señor doctor Francisco Bojeda, trajo la capilla de la seo para su entierro, y los dos días siguientes hubo sermón y se dijeron muchas de sus virtudes. Quando la llevamos a enterrar miróla una religiosa, y pareciole estava con mucha magestad. Los ramos de murta que puzieron sobre su ataúd al cabo de muchos meses los hallaron frescos y verdes.

Fue su reverencia de estatura pequeña y abultado el qüerpo, morena, de ojos pequeños y negros, pero vivos, el rostro largo pero a proporción de su cuerpo, la nariz no grande, la voca sí, los dientes también lo eran, pero muy blancos; la hermosura toda la tuvo en el alma, y creemos goza de mucha gloria [...]”.

 

OBRA

1. Escrits espirituals.

Vic, ACD, Breve relación de la vida edificante de algunas religiosas de esta comunidad, original; ACDCB, exemplar reproduït, f. 255-265. La notícia necrològica de la monja conté extractes d'escrits i visions, transcrits més amunt.

 

BIBLIOGRAFIA

Salarich 1854: 246. // Beltran Larroya 1990: 171, 172, 178, 181, 182, 186, 193, 195. // Ostolaza Elizondo, M. Isabel. “La cadena de transmisión textual. El modelo de inspiración de la obra palafoxiana Luz de vivos y scarmiento en los muertos”. Lemir, 15 (2011), p. 285-304. // Gras, M. M. 2013c.

 

ANNEX

Els Lanuza van tenir una intensa relació amb el Carmel descalç. Miguel Bautista de Lanuza, secretari del Consell d’Aragó i pare de dues religioses carmelites descalces del convent de San José de Saragossa, va publicar nombroses vides de les descalces aragoneses, gràcies al seu privilegiat accés a l’arxiu i al llibre d’elogis de la comunitat, i per l’amistat amb les autoritats de l’orde, en especial amb un dels escriptors descalços aragonesos més eminents, Jerónimo de San José, Ezquerra de Rozas y Blancas (1587-1654) que, com a historiador general, signa l’aprovació d’algunes d’aquestes obres. Tot i això, no va deixar de tenir algun problema amb la jerarquia carmelitana a causa de la publicació de les experiències místiques i visionàries d’alguna de les seves biografiades

Lanuza va publicar la biografia de Catalina de Cristo, fundadora dels carmelites descalces de Barcelona (Vida de la venerable madre Catalina de Cristo, 1659), a partir dels materials reunits per Leonor de la Misericordia i de María de los Ángeles, companyes de Catalina, juntament amb les vides de tretze religioses del convent de Pamplona, d’on provenia Catalina; de la mateixa manera que ja havia publicat el 1657 la vida de la religiosa del convent de Valladolid Teresa de Jesús, que havia redactat el 1631 la priora Petronila de San José (m. 1666).

[MGC]

 

 

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